Como homenaje al poeta Manuel José Othón, estos poemas hacen un recorrido que va del día a la noche, para terminar en el siguiente amanecer. Othón, que en México es sin duda el mejor poeta del paisaje y tal vez el último romántico, en varios de sus poemas trazó ese mismo itinerario, registrando con amorosa atención hasta el mínimo acontecer natural.
Este Libro de horas tiene poco que ver con los breviarios litúrgicos medievales o con el libro del mismo título de Rainer Maria Rilke, pues habla sólo de las horas del día; sus poemas, que se sostienen en la imagen, son pequeñas contemplaciones, alabanzas a una naturaleza cada vez más amenazada.
“¿Dónde termina la poetisa y comienza la mística?”, se ha preguntado Javier Sicilia respecto a Elsa Cross. Después de leer su obra, desde sus poemas tempranos hasta los del reciente Cuaderno de Amorgós, aventuro una respuesta que casi no lo es: nadie sabría decirlo con exactitud –más allá de las líneas físicas, los límites no existen como tajos sino como zonas que disuelven sutilmente territorios desiguales hasta hermanarlos– y el verdadero gozo espiritual radica precisamente en no saberlo.
Libro de Horas,
(Poemas)
Fondo Editorial de la Universidad de Querétaro
Colección Libro Mayor. Querétaro, 2020
102 pp.
AMANECER
1
La luz embarga las orillas
Suspendida del aire
traza sus líneas móviles
edifica inasibles columnatas
y asienta en ellas
la intención del instante2
El sauce se aproxima
Los juncos retienen
la luz solar
o la desprenden en ráfagas
al paso de la barcaCada rayo es un pez
un ojo coruscante
una serpiente de oro3
Agua jugando en las orillas
Sus voces golpetean en la piedra
como voces de niñasEl sol quiebra sus lanzas
El agua ríe y titubea
4
Algo por donde desplazarse
como un pez—Cementerios de barcos
con sus ánforas incrustadas
de corales rojos
con sus crustáceos multicolores
sus cavernasAlgo en donde guarecerse
como un pez5
Leche encendida
en el negro abisalSuben
esplendorosas
las medusas
Despliegan
sus velos tornasolados
Repliegan
su veneno—
¿o al revés?6
Vastas floraciones de plancton
a la deriva
cardúmenes de luciosÁvida ebullición
asciende
hacia la superficieEl sol estalla
en sus burbujas7
Y el impulso del agua
¿de dónde brota?
¿de dónde sus dedos dejan
pequeños dones
en la orilla?
¿de dónde la carrera del cangrejo?
¿la espuma que lo alcanza?
¿y la garza malabar
que se acerca danzando
mientras su cuello se tiñe
de azafrán?8
Arriba
pueblos de cormoranes
flamencos desperezándose
en las raíces del manglar
nidos de termitasAbajo
--dardo fulgurante--
un pez
entre los límulos9
Las garzas chapotean
se cortejan
rompen los ritmos graves
del tronco descarnado
y las guaridas blancas.Y de pronto su vuelo
cambia la luz
hacia ese rumbo quieto10
El sol asciende sobre el puerto
con sus visos leonados
Todo lo troca en luzEl limo se adhiere a la piedra
como una cariciaAh gaviotas
cruzan sus alas mi sueño
sin descanso